La ciudad de los palacios
Ben y Shere conversaban tras dos columnas derribadas en la sala central del caserón mientras que los demás esperaban a una docena de metros de allí. Ben dijo que quería ir a visitar a la abuela de Shere, que aunque él no lo supiera, también era su abuela. Pero cuando va hacia todos los miembros de la Chowbar Societi, éstos le piden a Ian que le explique a Ben de qué han estado hablando y qué han decidido entre todos. Ian le cuenta a Ben que todos ellos creen que debería decirles la verdad para que luego ellos pudieran ayudarlo en lo que hiciera falta y que les daba igual en qué circunstancias se encontraran, y Ben se lo pensó y al final asintió y les dijo que les contaría toda la verdad, o más bien, todo lo que le habían contado. Y durante los próximos 10 minutos no se oyó nada más que la voz de Ben relatando toda la historia, hasta que al final Seth le pregunto a Siraj si sabía algo de ese tal Jawahl y todos se pusieron a hablar explicando sus teorías sobre quién podía ser Jawahl y dónde podía estar en ese mismo momento.
Todos se dispusieron a ir a visitar a la abuela de Shere, pero Michael detuvo a Ben y le dijo que entre un antiguo sueño que había tenido y lo que le ocurría ahora podía haber una relación, pero Ben le dijo que no, entonces Michael le enseño un pequeño dibujo con la locomotora que él había soñado y se fijo en que el piloto era igual que ese tal Jawahl. El tren del sueño estaba envuelto en llamas, y el hombre que atacó el señor Carter también utilizó el fuego como arma, entonces descubrieron que la relación entre los dos sucesos estaba en el fuego.
Todos se dirigieron a la casa de Aryami Bosé que había permanecido cerrada durante años. Cuando los chicos llegaron, estimaron oportuno que primero entrara Shere para contarle a su abuela la situación, cuando esta primera fase ya estuvo completada, estimaron que sería mejor limitar el número de personas que estarían en la casa, y se eligió que entrarían Shere, Ben y Ian, que estaba empezando a pensar que sólo era elegido por su aspecto más inofensivo y su ininterrumpida tranquilidad.
La ciudad de los palacios
La abuela de Shere decidió que era oportuno que si ya sabían una parte de la historia la supieran toda, así que les contó que su padre de pequeño padeció una enfermedad mortal, que lo habría matado de no ser por su compañero Jawahl, que lo cuidó en una chabola hasta que se hubo recuperado, en aquel momento su padre juró que protegería a su compañero Jawahl por encima de su vida, pero él no sabía que Jawahl encerraba una enfermedad mucho peor que la suya, la locura.
Y con los años fue saliendo a la luz, la madre de Jawahl se prendió fuego delante mismo de su propio hijo ofreciéndose como sacrificio a la diosa Kali y la mente de Jawahl ya no lo pudo soportar, finalmente enloqueció.
Pero como su padre había jurado protegerle, decidió mantener su juramento costara lo que costara. Cuando Jawahl tenía 18 años se le fueron complicando las cosas porque había asesinado a un rico a sangre fría sólo por el simple hecho que no le había querido vender un medallón porque su imagen no era de su agrado, en esa ocasión el ingeniero se las ingenió para esconder a Jawahl en su casa hasta que dejaron de buscarlo. Pero la locura de Jawahl no terminaba allí, porque al cabo de pocos días incendió una casa donde vivían 12 ancianas y se sentó en la acera de enfrente a ver como la casa ardía y se derrumbaba sobre las pobres y débiles ancianas que ardían entre las paredes de la casa.
El ingeniero gastó todo su dinero en abogados, en enviarle ropa limpia a la cárcel y en sobornar a los guardias para que le trataran bien, y lo único que sacó a cambio fueron palabras de odio que Jawahl le dedicaba diciéndole que había roto el trato, y que era él quien le había delatado. También le juró venganza y le dijo que pensaba salir de allí, y cuando lo hiciera lo mataría a él, y también a toda su familia, el ingeniero, horrorizado ante estas palabras decidió esconder este secreto en lo más profundo de su ser, y decidió que nunca más lo volvería a sacar a fuera ni hablaría de eso con nadie.
La ciudad de los palacios
Al cabo del tiempo el ingeniero se fue olvidando de aquello, y conoció a Kilian, que se enamoró de él al instante.
Una de las veces que se encontraron la abuela de Shere y el ingeniero a solas, ésta le preguntó cómo tenía pensado salir adelante, y éste le contestó que trabajaba de ingeniero, y escribiendo libros, y además le dijo que para separarlos harían falta años en la eternidad para conseguirlo. El ingeniero acertó, y al cabo de poco tiempo ya se estaba haciendo un nombre entre los ingenieros, y fue construyendo obras de importancia. No paraba de repetir cosas sobre una casa que iba a construir y un nuevo libro. Compró un perro guardián y dijo que lo adiestraría para que fuera la mejor de las niñeras, y cuando el ingeniero consiguió realizar su mayor obra, la estación de Jheet’es Gate llamó a su casa un antiguo pretendiente de su madre, el teniente Peake, que les informó que Jawahl había incendiado un pabellón de alta seguridad y se había escapado, pero antes había escrito en la pared de su celda la palabra venganza escrita con la sangre de su compañero degollado. Uno de los centinelas que el teniente Peake había puesto para vigilar la casa apareció muerto, y el perro guardián fue encontrado en el pozo de la casa.
Jawahl le envió una carta con el medallón que le había impulsado a realizar su primer crimen diciendo que los había estado observando y que no estaba enfadado con él, sino que algún día tal vez les hiciera una visita para volver a compartir como hermanos lo que era de ambos.
